¿Cómo no vivirte?
- Martín Volpi
- Jun 2, 2021
- 3 min read
"No hay ninguna palabra para describir lo que me está pasando por el corazón, por la mente, por el alma... Y a la vez millones.
TE VOY A VIVIR MÁ.
Te voy a vivir tan intensamente en mi día a día que vas a estar siempre presente. Te voy a vivir tanto que no voy a dejar de recordarte ni un día. Si me enseñaste a sonreír sin importar la circunstancia. si me enseñaste a ver luz en donde parecía no haber. Si me enseñaste a ser fuerte en todo momento. Si me enseñaste a amar. Si me enseñaste a ser feliz. Si me enseñaste a vivir. Si me enseñaste la vida. Si me diste la vida.
¿CÓMO NO VIVIRTE?"

El texto de arriba fue el que escribí para acompañar la foto de Instagram que subí el 8 de Junio del 2016. Iba menos de una semana de que Mamá había dejado este plano físico, y había pasado a guiarme y protegerme desde otro lugar. Mi primer alux, daba lugar a una nueva etap de mi vida.
Hoy escribo este posteo a 5 años de aquel jueves 2 de Junio, en donde alrededor de las 16.30hs y después de un par de años luchando contra el cáncer y varios días de coma inducido, Mamá lograba descansar en paz.

Pero el posteo de hoy está enfocado en el recuerdo sonriente de ella, Gabriela E. Zorzenón, y de cómo la vivo hoy en día.
Obviamente, una de las formas de vivirla, es a través del amor incondicional que me enseñó. Cada vez que soy incondicional con alguna persona, me siento canal de su energía. Más allá de si hacía algo bien o mal como madre, lo hacía desde el amor incondicional; y qué suerte la mía de haberla tenido acompañándome siempre mientras yo crecía.
A través del arte también la vivo. No necesariamente desde la música. Digamos que no tenía muchas habilidades musicales en relación a los instrumentos y el canto. Pero sí era una gran bailarina; disfrutaba mucho de moverse, era físicamente muy enérgica.
De todas formas, cuando hablo del arte, hablo porque todo lo que ella hacía, era muy artístico: desde las manualidades o cuadros que pintaba en casa, hasta la cocina, o mismo las clases que preparaba para sus alumnos. ¡Era abogada! Enseñaba materias asociadas al Derecho y las Ciencias Políticas. Y he recibido varios comentarios de que encontraba la manera de transmitir pasión y entretener a sus alumnos en temas que podían resultar "tediosos".
Quiero dar más detalles de lo que Mamá era en cuanto a la gastronomía: una ARTISTA en todo sentido. Siempre me pregunto si era tan buena porque mi abuela nunca se llevó bien en lo culinario (con mi abuela está blanqueado; todos sabemos que la cocina nunca fue algo que le gustó). Pero Mama Mamá Gaby fue un lujo de sabores en casa: teníamos panadera, repostera, maestra pizzería, chef internacional y más. Un ejemplo fue la fiesta de 15 de mi hermana, en donde se encargó el trabajo de toda la mesa de dulces mientras a la par también estaba de diseñadora de indumentaria con los vestidos. Una todoterreno.

Creo que ahí también me identifico en vivirla. No porque sea un todoterreno, ni por las habilidades culinarias. Por la curiosidad. Siempre encontraba algo nuevo por descubrir, probar, poner en acción. La brecha entre que se le ocurría algo hasta que lo hacía realidad, era muy corta. Y la verdad es que este don es algo que mi círculo cercano me estuvo remarcando durante los últimos días, y me alegra encontrar este punto en común con ella.
Podría seguir escribiendo de las mil y un maneras que me encuentro viviéndola en el día a día, pero elijo hacerlo de forma introspectiva. Lo que es seguro, es que me siento cumpliendo con la promesa que hice hace 5 años; y pienso seguir haciéndolo.
¿Cómo no hacerlo?
Má, la verdad es que cada tanto te sigo llorando. Poco suelen estar mis lágrimas hacia vos asociadas a la tristeza, sino todo lo contrario. Las lágrimas aparecen cuando de repente te siento presente, muy cerca mío. Aparecen cuando de repente estoy atento y me enviás una señal. Aparecen cuando tras un tiempo, otro de tus aprendizajes se me enfrenta en la vida. Son lágrimas de alegría y agradecimiento, porque fuiste de mis mayores enseñanzas.
"...porque apostar a los afectos, a las personas, a lo humano, siempre va a traer alguna recompensa para el corazón." - Gabriela Ethel Zorzenón de Volpi; Noviembre 2001

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